jueves, 26 de julio de 2012

Día 19. Las lecciones


Día 19, casi casi fin de curso... Si no fuera que mañana a las 8.30h tengo un examen sorpresa de seis horas, para el que me toca saber de memoria los ingredientes y pasos de 9 recetas (cinco tartas completas, una crema, dos galletas y madeleines), de las que me va a tocar ejecutar cuatro, y por tanto me toca estudiar un par de horas, os escribiría con detalle lo bien que me lo he pasado en la clase de hoy.

Ayer y hoy han sido las clases más cercanas a lo que había elaborado hasta ahora y sin embargo he aprendido mucho y sé que a partir de ahora voy a poderlas elaborar de forma más segura y profesional.

La reflexión del día, si es que la hay, es que cada día he aprendido muchas cosas en este curso básico en Le Cordon Bleu. He aprendido un montón sobre ingredientes, técnicas, vocabulario, horneado, conservación, errores y consejos, pero también he aprendido sobre actitudes y valores.

Trabajar en cocina (o en pastelería) supone convivir muchas horas con otras personas, en un espacio reducido, con estrés, de pie, con calor,... y no todos sirven, no todos servimos, para desarrollar este trabajo. Como supongo que en otras profesiones, para trabajar en pastelería, no sólo importa tener buenos conocimientos y habilidades, también hace falta tener determinadas actitudes positivas: ilusión, proactividad, reflexión, capacidad de reacción, paciencia, perseverancia, respeto, humildad, espíritu de superación, compañerismo y  sentido del humor... Cada uno de mis compañeros, cada uno de los chefs, cada una de las personas que trabajan en esta institución han hecho algo, a menudo sin ellos saberlo, que me ha permitido aprender algo sobre la profesión, cómo desarrollarla, qué debo pulir en mi, y les estoy muy agradecida por ello.

Todo ello, y no sólo las recetas que esta noche me toca estudiar, las elaboraciones que en cada demo han realizado los chefs, o las técnicas que día a día he practicado en el aula, es lo que me llevo a casa, en mi corazón, en mi mente, lo que a partir de ahora voy a poner en práctica. Lo que contribuirá a que poco a poco pueda ser una pastelera profesional. Dificilmente olvidaré estos veinte días en Le Cordon Bleu.

Esa es la lección, ese es el aprendizaje principal, más allá de aprobar o no el examen sorpresa, o el examen final, que esperemos que también: haber vivido la experiencia.

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Tras el correspondiente tiempo de reposo, hoy hemos horneado los croissants y los pain au chocolat que aparecen justo encima de estas líneas.

Además hemos dado forma y horneado la masa de brioche que también amasamos ayer (y que debía reposar 24 horas antes del formado). Con ella, concretamente hemos preparado tres piezas: brioche nanterre (el que aparece en el molde rectangular), navettes (los pequeños que tienen forma de baguette, y también brioche à tête, aunque estos últimos no salen en la foto porque al chef Bertrand se le ha caido mi bandeja al suelo cuando movía el carro camino al horno y se han desparramado (glups!).

En la clase con el chef Bertrand, además, hemos aprendido a preparar dos piezas más de bollería hojaldrada (caracolas con pasas y caracolas con chocolate y almendras) y otras dos piezas de brioche (brioche suizo y brioches de chocolate).

Todas estas piezas se denominan en francés, Viennoiseries (cosas de Viena, en castellano les llamamos bollería). Otro día con más calma os cuento de donde viene el nombre, pero ahora toca estudiar... Yes we can!

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